[Publicado originalmente en ‘Cosas de Babel’]

1. Cuando los periódicos decidieron que era buena idea colgar sus productos enteritos, gratis, en la Red, la cagaron. Los grandes estuvieron coqueteando un tiempo con fórmulas mixtas, otras sólo de pago y otras sólo gratuitas, hasta que al final se decidieron por el gratis total. Los pequeños, que siempre llegan tarde a todas las guerras, también llegaron tarde a esta, y apostaron por publicarlo todo, tal cual, de forma lo más parecida posible a la versión impresa.

2. Ahora, unos años después, algunos han empezado a cobrar por contenidos, caso de El Mundo y, en el apartado periódicos serios, The New York Times. Y los pequeños también quieren apuntarse a esa fiesta porque creen que así se acabarán sus problemas económicos. Pero no se plantean cambiar ni su forma de trabajar ni los contenidos que ofrecen a los lectores, sino simplemente empezar, un buen día, a cobrar por algo que hasta el día anterior era gratis.

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3. El mantra “la culpa es de internet” es el nuevo “la culpa es de los gratuitos”. Cuando aparecieron los diarios gratuitos (20 minutos, Metro, Qué, ADN…) los de pago les culparon sin dudarlo de que bajasen sus ventas. Ahora, el culpable es internet. “¿Para qué van a pagar por algo si pueden leerlo gratis?”, se preguntan ahora precisamente esos que tanta guerra han dado para que la versión on line de sus periódicos no sea más que eso, una versión on line de lo que venden en los quioscos.

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