[Publicado originalmente en ‘Libros de Babel’]
El tren más lujoso de su tiempo, en su camino de Estambul a Inglaterra. Una tormenta de nieve que deja al convoy varado en medio de una oscuridad que alberga gritos, golpes, y un macabro descubrimiento al amanecer: uno de los pasajeros ha sido asesinado. En su compartimento, cerrado por dentro. Bajo su almohada, una pistola que no se disparó. Su cuerpo, cosido a puñaladas tan dispares como las pruebas que se encuentran diseminadas por la escena del crimen. Un crimen casi perfecto que muy bien podría haber quedado impune de no estar entre los pasajeros del Orient Express Hércules Poirot, el (con permiso de Sherlock Holmes) mejor detective de todos los tiempos.
Asesinato en el Orient Express es una de las novelas más populares y aplaudidas de Agatha Christie, bien conocida por lectores y no lectores de la reina del misterio gracias en parte a las adaptaciones que de ella se han llevado a la pantalla, tanto grande como pequeña. La mejor, sin duda, la firmada por Sidney Lumet en 1974 con Albert Finney en el papel del detective belga y un reparto de los que quitan el hipo: Ingrid Bergman, Lauren Bacall, John Gielgud, Sean Connery, Vanessa Redgrave, Michael York, Jacqueline Bissett…