[Publicado en ‘Libros de Babel’]

Un volumen reúne por primera vez las cuatro novelas que componen la serie Una odisea espacial, de Arthur C. Clarke, cuando se cumple una década del fallecimiento del escritor británico y medio siglo de la publicación de su obra más emblemática, la maravillosa 2001: una odisea espacial. Con ella nacería una aventura narrativa que se prolongaría durante tres décadas y que supondría un punto de inflexión en la ficción científica.

'Una odisea espacial'
Foto: Antonio Ruiz García

Ninguna de sus tres continuaciones (2010: odisea dos, 2061: odisea tres y 3001: odisea final) está a la altura de la novela que lo empezó todo, pero su lectura es un placer del que disfrutarán especialmente los aficionados a la astronomía, la física o la mecánica celeste y quienes gusten de deleitarse con las propuestas de un autor que en muchos momentos de esta serie escribe, más que ficción, literatura de anticipación.

La historia de 2001: una odisea espacial se remonta a 1948, cuando Arthur C. Clarke escribió un relato titulado El centinela para un concurso de la BBC. Su texto no fue seleccionado, pero su idea central, una pirámide instalada en la Luna por alguna entidad extraterrestre, sirvió de germen para la creación, un par de décadas más tarde, del famoso Monolito. Cuando Stanley Kubrick se reunió con el escritor en 1964 para que le echase una mano para filmar la “proverbial buena película de ficción científica”, Clarke se acordó de su pirámide, y de ahí nació la epopeya que lleva a Dave Bowman, Frank Poole, HAL 9000 y la Discovery a la otra punta del Sistema Solar.

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