[Publicado en ‘Libros de Babel’]
[Actualización, 4 de mayo: La Academia Sueca ha decidido finalmente no conceder este año el Nobel de Literatura. La Fundación Nobel ha indicado en un comunicado que “una de las circunstancias que puede justificar una excepción es una situación tan grave en la institución que galardona que la decisión de conceder el premio no sería percibida como creíble”. La Fundación Nobel espera que la Academia Sueca emplee “todos sus esfuerzos” para restablecer su “credibilidad” y que todos sus miembros asuman que “los esfuerzos de reforma de la estructura deben caracterizarse por una mayor apertura hacia el exterior”.]
La Academia Sueca es conocida por otorgar cada año el Premio Nobel de Literatura y por ser además una de las instituciones más opacas del mundo. Regida por normas que tienen más de dos siglos de antigüedad, sus miembros son elegidos de forma vitalicia, deben firmar estrictos acuerdos de confidencialidad y las actas de sus reuniones no se hacen públicas hasta pasado medio siglo.
Salvo por la divulgación de dichas actas y el anuncio del Nobel, la Academia Sueca apenas aparece en los medios durante el resto del año. Pero esa tendencia ha cambiado en estos últimos meses, y no por motivos positivos. Todo comenzó el pasado mes de noviembre, con la publicación en el diario sueco Dagens Nyheter de un artículo en el que 18 mujeres acusaban de abusos sexuales a Jean-Claude Arnault, una importante figura del mundo cultural sueco que además de dirigir diversas instituciones financiadas por el Gobierno sueco es marido de la académica Katarina Frostenson y amigo personal de otros miembros de la Academia.